Assassin’s Creed Origins: Egipto, un héroe y una historia de venganza

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La franquicia más exitosa de Ubisoft volvió con un juego que traslada la acción al período histórico más antiguo que jamás exploraron estos juegos: Egipto bajo el reinado de Cleopatra (50 a.C). Y lo hace con la voluntad de corregir algunos de los errores que traían de arrastre de las últimas entregas.

Assassin’s Creed Origins es el nombre de esta nueva entrega que desde el 27 de octubre se encuentra disponible para PC (Windows), PlayStation 4 y Xbox One y, como su propio nombre indica, supone un retorno a los orígenes en varios sentidos.

Un innovador modo de juego

En Assassin’s Creed Origins los enfrentamientos tienen un toque algo más estratégico, son más tácticos y dan mucha importancia a un sistema de estadísticas que se asemeja al de un juego de rol (RPG). Estos cambios consiguen que este importante apartado gane en profundidad e interés.

Asimismo, Bayek tendrá a su alcance una gran variedad de armas -espadas, sables curvos, lanzas, martillos y arcos, por ejemplo-, diversos atuendos y escudos que podrá equiparse para cumplir las 19 misiones principales del juego. También dispone de una serie de habilidades únicas, como la de poder asumir el control directamente de nuestro fiel compañero alado, Seru, un ágila, la cual será esencial para poder observar a los enemigos y planificar nuestros ataques.

Acompañando a un nuevo sistema de combates está también un mejorado uso del sigilo, un aspecto en el que, de nuevo, se nota que Ubisoft tomó buena nota de algunos de sus éxitos recientes, como Far Cry o Ghost Recon.

La gigantesca reproducción de Egipto de Assassin’s Creed Origins está plagada de campamentos que el jugador debe asaltar y, es en estos momentos, en los que es crucial pasar desapercibido. Si en anteriores entregas este aspecto se veía truncado por una inteligencia artificial algo irreal para los enemigos, ahora los asaltos gozan de una mayor profundidad, algo que sin duda enriquece una experiencia que, por desgracia, sigue sin destacar por una gran variedad de misiones.

Cuatro años de desarrollo

Con solo jugar un par de horas se ven reflejados los resultados de una entrega que tomó lo mejor de Black Flag (2014), el cuarto juego de la saga, y lo supo combinar con escenarios que sorprenden por sus grandes dimensiones. Desiertos, pirámides, la biblioteca de Alejandría y el Nilo lucen imponentes en un título que, de nuevo, destaca por su importante valor como recreación histórica.

El futuro de Assassin’s Creed

Hasta el momento solo aparecieron unas filtraciones que sitúan a Bayek como el protagonista de una probable trilogía que, además de Egipto, lo llevaría a recorrer Italia y Grecia. Sin apelar a spoilers, la idea de visitar Roma en la próxima entrega encajaría perfectamente con el argumento de Assassin’s Creed Origins, ya que de hecho el Imperio Romano con Julio César al frente tiene un papel muy importante en este juego.

También cuadraría perfectamente descubrir Grecia, que estaba invadida por entonces por los romanos, en un periodo histórico que encajaría con las habituales intrigas políticas de la saga.

En cualquier caso parece que habrá que esperar al menos dos años para saber algo del nuevo Assassin’s Creed y un probable Origins II.

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Hernán Mármol

Desde 1986 despuntando el vicio por los fichines. Playland, Sacoa y Fascination fueron mi Jardín de Infantes; la Primaria la hice con el Dinacom y el Family Game; la Secundaria se dividió entre Sega Megadrive y PC. Hoy, la PlayStation 4 es mi mujer y Xbox One, mi amante. Un fundamentalista de los esports.