En los últimos años, se vieron cada vez más teléfonos que apuntan al segmento gamer. Estos gadgets, entre los que destacar el Razer Phone, ROG Phone, Black Shark y el último de la línea Honor, son dispositivos de gran potencia, que trasladan ciertos aspectos de la PC y las consolas a los smartphones. Pero ninguna logró destacarse, y muchos quedan como una mera anécdota, principalmente por el atiborrado mercado actual y por la falta de software dedicado que le saque partido.

Nintendo, por lo tanto, buscaría fabricar su propio móvil para juegos, apostando por las habituales líneas maestras de la firma: buen hardware y buen software. Fomentando una relación así, la fuente de Taiwán cree que la empresa encontraría un nuevo segmento en el crecer y en el que incluso apoyarse con Nintendo Switch en determinados aspectos, como conexiones exclusivas y ports de un sistema a otro. No sería un móvil potente, ya que la empresa japonesa no quiere competir con empresas como Samsung, Huawei o Apple, pero sí adquirir algunas de sus filosofías.

Esta idea de optar por fabricar y diseñar su propio hardware es la que más seduce a la compañía japonesa, alimentándolo con sus propios videojuegos y creando un ecosistema más controlable y enfocado hacia los productos que realmente quiere vender y ofrecer al usuario. No es la primera compañía tecnológica que intenta hacerlo, pero no todas las empresas pueden vanagloriarse de tener detrás a una división tan potente en términos de software y desarrollo con licencias y sagas como Mario, Zelda, Pokémon o Donkey Kong.

En medios como Wcctech añaden un nuevo componente a esta teoría: Nintendo podría lanzar un dispositivo en forma de teléfono móvil para afianzarse en el futuro del hardware y dominar el mercado del smartphone centrado en videojuegos antes de que otra empresa quiera hacerlo.