Phil Spencer dio que hablar este martes. Y con una declaración explosiva. En el marco del lanzamiento de su nueva consola, Xbox Series X/S, fue categórico con la guerra de las consolas: “Para ser honesto, me encanta esta industria. Mi mujer diría que es el único trabajo para el que estoy cualificado, y definitivamente lo adoro. Pero si hay algo que podría apartarme de ella es ese tribalismo del que estamos hablando”.

“No necesitamos que otros fallen para lograr nuestros objetivos“, agregó.

Spencer fue muy claro: “Cuando un equipo lanza algo al mercado para ser despedazado por internet, es un acto de valentía. Nunca voy a desear que un producto funcione mal porque yo tenga otro compitiendo, soy incapaz. No creo que eso ayude a la industria a largo plazo”.

Es precisamente en el campo de las consolas donde aprecia este fenómeno con mayor intensidad: “un núcleo del núcleo de los aficionados han llevado estas actitudes a niveles destructivos, ‘quiero que esto falle para lo que yo he comprado triunfe’. Lo digo por ambos lados, no es que todos estén destrozando Xboxes, o que todos los que aman Xbox tengan una actitud amable con las cosas de PlayStation. He dicho en ocasiones que encuentro estas actitudes de mal gusto, pero quizás esté siendo demasiado blando. Realmente las desprecio. No necesitamos que otros fallen para lograr nuestros objetivos.”

Spencer sentencia que, como parte de la industria del entretenimiento, “el gran rival es la apatía por sus productos, servicios y juegos”.

Una frase que harían bien en atender algunos ruidosos grupúsculos de fans acérrimos. Sin ir más lejos, John Linneman, uno de los responsables de Digital Foundry, anda compartiendo estos días toda clase de barbaridades que recibe en sus cuentas de redes sociales por hacer su trabajo, algo que también se extiende a sus colegas cuando una comparativa entre distintas versiones de un juego no arroja los resultados que uno u otro grupo esperaba.

Sin duda, hay un largo camino todavía para que esas actitudes pasen a la historia.