“El mobile es más democrático” : cómo funciona el proyecto social que enseña Free Fire en la mayor favela de Brasil

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En uno de los miles de edificios que se proyectan en la extensión entre los barrios de Gávea, São Conrado y Vidigal, en Río de Janeiro, los juegos electrónicos comenzaron a reclamar un protagonismo atribuido durante mucho tiempo solo a los deportes tradicionales de manera casi indiscutible.

Y es a través de las manos ágiles de más de 80 pequeños residentes de la Favela da Rocinha, que con la mirada fija en las pantallas de sus smartphones se mueven a través de los mapas de Free Fire, que los esports se introdujeron en la mayor comunidad brasileña como una herramienta para la inclusión social y ciudadanía. “Los valores trabajados son los mismos”, resaltó categóricamente la medallista olímpica, Adriana Samuel, en una charla durante más de una hora con OnlyGames.

La voleibolista, responsable de llevar al país al podio en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996, y de Sydney, en 2000, dice que empezó a gestionar el proyecto hace dos años y, desde una conversación informal con amigas, de dónde vino la idea, hasta la captación de recursos económicos, lo que vendría a llamarse Gaming Parque tuvo que romper con el imaginario social que involucra juegos como el battle royale de Garena y lo que significa ser habitante de una comunidad con extrema vulnerabilidad social.

“Mucha gente todavía tiene mucha información incorrecta y la mayor preocupación entre algunos patrocinadores seguía siendo esa. Estás dentro de una comunidad y aún llevarás un juego de disparos”, comenta. Y fue precisamente por eso, conta, que la búsqueda de estudios científicos que confirmaran la disociación entre los FPS y el recrudecimiento de la violencia urbana se realizó en investigación conjunta con la responsable del juego en Brasil. “Entonces, no era solo yo diciendo que no tenía conexión. Yo probé”, remarca.

Gaming Parque también hizo espacio para el streaming. Foto: Bruno Lorenzo/MTVZ Images

Si bien Free Fire es el principal agregador de interés para niños y adolescentes, de 8 a 17 años, Clash Royale y Brawl Stars también se presentan como elementos lúdicos en este proyecto social realizado junto a los programas para atender a comunidades necesitadas de Light, una de las mayores distribuidoras de energia electrica del país.

“Entendí que el mobile es una forma más democrática. No importa cuán humilde sea una familia, todos tienen un teléfono celular, incluso si es un dispositivo para toda la familia, y cuando decidimos eso, no pudimos evitar pensar en Free Fire“, señaló Adriana al recordar los primeros pasos para divulgar el Gaming Parque, que cumplió tres meses en junio, en 15 colegios en los alrededores de Rocinha, cuyo territorio es más poblado que el 92% de los municipios brasileños: “Cuando dije que era un proyecto social de videojuego, fue como un gol en el Maracanã. Nunca he visto algo así”, comentó entre risas.

Clases de juegos electrónicos

Free Fire alcanzó la marca de 150 millones de jugadores activos diarios en 2021. Foto: Bruno Lorenzo/MTVZ Images

Cuando se vieron obligados a cerrar la inscripción apenas dos días después de la apertura del período, debido a tanta demanda de participación de los niños y adolescentes, Adriana también se refirió a la necesidad de contar con la estructura adecuada para recibir a los estudiantes, quienes necesitan acreditar asistencia escolar para obtener acceso a clases y equipos.

“No era suficiente entrar a una habitación, necesitas tener este ambiente de juego. Quien concibió parte del proyecto fue el director de arte de LOUD”, comenta. En diferentes espacios, los atendidos por el proyecto social cumplen con horarios muy específicos acompañados de un entrenador, dos monitores y un responsable técnico. “Los lunes y miércoles, hay clases de Free Fire en dos horarios distintos, y los viernes son para inglés y diseño gráfico”, detalla Adriana.

Con una duración de dos horas, siempre por la tarde en turno opuesto al horario escolar en casi todas las escuelas públicas brasileñas, se transmiten a los alumnos los fundamentos y la mecánica del battle royale. “Exigimos disciplina, respeto y competencia.  Se enseña a perder y levantar la cabeza. Todo lo que el deporte tradicional transmite y absorbe”, apunta la medallista olímpica y agrega: “No es un proyecto de alto rendimiento, pero es trabajo de base que vamos a hacer. El potencial para que transformes tu vida con los esports ya se compara con el fútbol”.

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Lauriane Agnolin

Periodista brasileña que adoptó el español como idioma oficial.