Overall rating
- El apartado gráfico y la banda de sonido siempre es una garantía
- Falta de innovación
Tras la última decepción de la franquicia, el estudio Treyarch toma la posta con el lanzamiento de una nueva entrega de la saga Black Ops. Dejamos los conflictos modernos por una temporada y nos sumergimos en el oscuro mundo de las agencias de inteligencia durante la década del 90.
Cabe destacar que esta entrega tiene particularidades que afectan de cierta manera al mundo del videojuego. Tras el largo vericueto legal que suscitó la compra de Activision por parte de Xbox, esta es la primera vez que el juego no tiene una exclusividad temporal en los sistemas de PlayStation. Además, el título llegó desde el primer día a Game Pass, lo que multiplicó exponencialmente la cantidad de suscripciones al servicio y atrajo nuevos jugadores a la franquicia.
Para empezar, hay que decir que Black Ops 6 atrapa y se siente como un soplo de aire fresco. Podemos decir que es un Call of Duty con todas las letras, con sus cosas buenas y malas.
Nuevos personajes, una ambientación detallada, una buena narrativa, situaciones súper variadas y una ejecución técnica a la altura: todo este conjunto nos hace sentir que realmente estamos en la década del 90. Se respira ese aire nostálgico que quizás impacta más a quienes vivimos esa época.
Tras la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, Call of Duty: Black Ops 6 nos sumerge en la historia de una misteriosa organización: Pantheon. Esta fuerza oscura se ha infiltrado en los niveles más altos de la CIA, desatando un ambiente de paranoia y traición en el que aquellos que se atreven a oponerse son considerados enemigos del Estado.
La narrativa gira en torno a Troy Marshall, un nuevo personaje de la CIA, y Russell Adler, un rostro conocido de Black Ops Cold War. En esta entrega, Adler lidera una misión de investigación para desmantelar Pantheon desde adentro. La inclusión de aliados conocidos como Frank Woods y Helen Park añade un toque de nostalgia para los fanáticos, mientras que la llegada de personajes nuevos como Case, Sev y Félix Neumann aporta frescura a la historia.
A medida que los jugadores avanzan, se ven envueltos en un entramado de traiciones y revelaciones, donde cada decisión puede tener consecuencias fatales. La dinámica entre los personajes es clave, y la camaradería que se forma entre ellos contrasta con la desconfianza generada por Pantheon. Esto no solo mantiene al jugador en vilo, sino que también profundiza en los dilemas morales de la trama.
En lo jugable, tomamos el control de varios miembros del equipo, aprovechando las habilidades y artilugios únicos de cada uno. Las misiones varían desde los clásicos tiroteos pasilleros hasta misiones de espionaje e infiltración, donde debemos usar el ingenio para superarlas. También hay misiones de mundo abierto, mejor implementadas que en Modern Warfare 3. Aquí, las posibilidades jugables invitan a explorar los mapas, eliminar enemigos y recolectar ítems que permiten encarar los objetivos de diferentes maneras.
Estos ítems y coleccionables no solo son útiles en combate, sino que también hay alijos de dinero repartidos por el mapa. Con ellos, podemos mejorar nuestras habilidades en el cuartel general mediante un sistema similar al de los perks del multijugador y Warzone. Su adquisición es opcional, pero quienes los aprovechen podrán convertirse en verdaderas máquinas de matar al final de la campaña.
En resumen, Black Ops 6 ofrece una historia intrigante que combina espionaje y acción con una jugabilidad fresca y un gunplay refinado. La evolución de Adler y su equipo, junto con la amenaza de Pantheon, crean una experiencia envolvente que mantiene al jugador constantemente en tensión. Esta entrega no solo apuesta por la jugabilidad, sino que también se esfuerza por contar una historia convincente dentro del universo de Call of Duty.
Es innegable que el modo Zombies de Black Ops 6 puede volverse monótono al jugar en solitario. Aunque mantiene la esencia del clásico modo por hordas, las partidas pueden sentirse repetitivas con el tiempo. Sin embargo, la experiencia cambia por completo al jugar con amigos. La cooperación y la comunicación entre jugadores elevan la dinámica, convirtiendo cada partida en un emocionante desafío que exige estrategia y trabajo en equipo.
La acción rápida y caótica de Black Ops 6 también se traslada a este modo. Las mecánicas han sido refinadas para un ritmo más ágil y adictivo. En esta entrega regresa el clásico sistema de hordas, ausente durante años, sumado a una infinidad de secretos y desbloqueables. En conjunto, es una experiencia súper divertida para compartir con amigos, garantizando cientos de horas de entretenimiento.
Desde Modern Warfare 2019 que no me divertía tanto con el multijugador de Call of Duty. El tono del juego y el balance de armas hacen que este sea el apartado más entretenido de todo el conjunto.
Las partidas son frenéticas, impulsadas por cambios en el gunplay, el time to kill y el nuevo sistema de movimiento denominado Omni Movement, que permite correr y saltar en todas direcciones. Esto ha cambiado el ritmo del juego, donde el resultado de los enfrentamientos se decide en cuestión de segundos, especialmente en modos como Dominio o Duelo por Equipos.
Los mapas son variados. Algunos se han convertido en favoritos, pero otros favorecen estrategias estáticas, beneficiando a jugadores que buscan subir su KD y obligándonos a adoptar tácticas defensivas menos dinámicas.
El sistema de matchmaking ha mejorado respecto a entregas anteriores, aunque sigue sintiéndose artificial en la manera en que asigna oponentes según el rendimiento en partidas pasadas. Esto puede ser frustrante para jugadores casuales que solo buscan un momento de diversión frente a la consola.
En cuanto al sistema de clases, ahora las ventajas se dividen en tres grupos de colores. Si elegimos tres ventajas del mismo color, se desbloquea la carta de especialista, permitiendo equipar cuatro ventajas en la clase. Además, la carta Comodín habilita opciones adicionales, como llevar dos armas principales o agregar más accesorios a las armas.
Author's rating
Nací en una casa en donde se jugaba al Super Mario Bros. Durante los 90’ perdí la cuenta de los transformadores que quemé jugando al Mortal Kombat con mi viejo. Durante los 2000’ la play chipeada fue un pilar muy importante de mi adolescencia. Hoy en día luchando contra la vida adulta para seguir disfrutando de lo que mas disfruto en la vida, los videojuegos.