Los plegables dejaron de ser una curiosidad tecnológica hace rato. En su séptima generación, Samsung afina la fórmula con un objetivo claro: convencer al público gamer de que el Galaxy Z Fold 7 no solo es un celular de lujo, sino también una máquina de jugar seria.
Pero ¿cuánto mejora realmente respecto al Fold 6, y qué tan lejos puede llegar en rendimiento, autonomía y experiencia de juego?
Diseño y pantalla: del estilo ejecutivo al espacio de juego
El Galaxy Z Fold 6 ya había dado el salto estético: bordes planos, aluminio pulido y una sensación premium que lo acercaba más a un iPhone 15 Pro que a un teléfono experimental. El Fold 7 mantiene esa línea, pero la hace más delgada, más liviana y —sobre todo— más cómoda para jugar.
El bisel es casi imperceptible y la bisagra se siente más firme, algo que se nota al sostenerlo en horizontal con un joystick o al apoyarlo sobre una superficie para sesiones largas.
Donde el salto es más claro es en el panel interno: el OLED de 8 pulgadas del Fold 7 mejora el brillo, el contraste y, sobre todo, reduce casi por completo el pliegue central. Para los juegos que aprovechan pantallas grandes, como Genshin Impact, PUBG Mobile o EA FC SPORTS 26, la diferencia se nota. Los colores son más vivos, los reflejos menos molestos y la sensación inmersiva, total.
En el Fold 6, esa experiencia ya era buena, pero los reflejos y el brillo irregular en exteriores todavía eran una queja habitual.
Rendimiento y temperatura: del Gen 3 al 8 Elite for Galaxy
El Fold 6 llegó con el procesador Snapdragon 8 Gen 3, un chip potente y eficiente que ya marcaba la diferencia frente al Fold 5. Pero el Fold 7 estrena el nuevo Snapdragon 8 Elite for Galaxy, un SoC fabricado en 3 nanómetros, con más músculo gráfico y mejor gestión de IA y temperatura.
En la práctica, la diferencia no se nota tanto en redes sociales o tareas cotidianas, sino cuando se exige el máximo.
Durante las pruebas con títulos pesados como Genshin Impact o PUBG Mobile, el Fold 7 mantuvo tasas de entre 55 y 60 fps constantes, incluso con los gráficos al máximo. El Fold 6, en cambio, solía caer a los 48–50 fps en escenas con mucha carga visual.
También hay una mejora en el control térmico: tras 30 minutos de juego, el Fold 7 se mantuvo unos 4 °C más frío que el modelo anterior, gracias al rediseño interno de su cámara de vapor.
Emulación y compatibilidad: el laboratorio gamer portátil
Uno de los terrenos donde el Fold 7 brilla es el gaming retro y la emulación. Con el emulador NetherSX2, juegos como God of War 2 corrieron sin caídas críticas y con una respuesta táctil fluida. En el Fold 6, el mismo juego mostraba microcortes y bajones de frames más frecuentes.
El emulador MAME4droid también se lució: títulos clásicos como Sunset Riders y X-Men Arcade corren impecables, con el añadido de que la pantalla desplegada mejora el input visual y el audio espacial refuerza la nostalgia.
Y si hablamos de conectividad, el Fold 7 ofrece mejor soporte para controladores Bluetooth como el GameSir G8 Plus o el 8BitDo Ultimate, con menor latencia y mejor agarre gracias a su cuerpo más delgado.
Streaming y Remote Play: consola en el bolsillo
El PS Remote Play —para jugar títulos de PlayStation como EA SPORTS FC 26— se comportó de manera más estable en el Fold 7. La conexión Wi-Fi 6E y la optimización del chip ayudan a reducir el input lag, algo clave para los juegos deportivos o de acción.
En el Fold 6, el rendimiento seguía siendo sólido, pero con pequeñas interrupciones de conexión o tirones en las transiciones de cámara.
Batería y autonomía: la sorpresa menos visible
El Fold 7 mantiene los 4.400 mAh del modelo anterior, pero el nuevo chip y el software optimizado (One UI 7 basado en Android 15) logran entre 30 y 40 minutos más de juego continuo por carga. En uso mixto (redes, navegación, streaming y gaming), se acerca a las 7 horas de pantalla activa, un dato que lo deja por encima del Fold 6 en eficiencia.
El salto que necesitaba el gaming plegable
El Galaxy Z Fold 6 fue el primer modelo de Samsung que se sintió realmente maduro. El Z Fold 7, en cambio, da el paso de la madurez a la versatilidad gamer total.
El rendimiento, la pantalla y la refrigeración marcan una mejora clara. Y si bien el diseño se mantiene en la misma línea, los ajustes finos hacen que jugar —ya sea en títulos AAA, streaming o retro— sea una experiencia más estable y placentera.
Para el jugador que busca un smartphone premium que también funcione como consola portátil, el Fold 7 es, hoy, el plegable más poderoso del mercado.
El Fold 6 sigue siendo una excelente alternativa —especialmente si baja de precio—, pero el nuevo modelo demuestra que los plegables no solo vinieron a innovar: también vinieron a jugar en serio.
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