Paper Mario: The Origami King no es el RPG que los fans esperaban pero es un excelente paso adelante en la saga

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Paper Mario: The Origami King intenta devolverle brillo a una saga muy castigada. Luego de dos juegos excelentes y tres tropezones imperdonables para los fans, el estreno en Nintendo Switch termina siendo una buena historia, con mucho humor inteligente, pocos elementos core RPG y un diseño muy creativo. 

Origami King nos cuenta un poco más sobre la historia y el día a día de los personajes del universo de Mario. ¿Qué hace Luigi en su tiempo libre? ¿Dónde se reunen los koopas? ¿Qué hacen los shy guys cuando no están molestando a Mario?

Como novedad, Origami King suma un sistema de puzzles que hay que resolver antes de empezar a pelear: hay que intentar alinear a los enemigos para hacerles la mayor cantidad el daño posible.

Que todo sea de papel abre a una serie de situaciones interesantes tanto a nivel jugabilidad como en su historia.

Y aunque el juego puede sentirse “interrumpido” por el sistema de batallas por turnos -y por esta razón, vale aclarar, no es un juego para cualquiera-, es un paso adelante en una saga muy querida por los fans, que venía de dos juegos muy pero muy criticados. 

Paper Mario, una saga distinta que no hace Nintendo

Paper Mario

Paper Mario

La saga de juegos de Mario de RPG comenzó en 1995, con Super Mario RPG: Legend of The Seven Stars (Super Nintendo). En aquel entonces el juego estuvo desarrollado por otra empresa, Squaresoft (hoy Square Enix). Y cuando nació Paper Mario, con la idea de continuar el espíritu de Super Mario RPG, fue Intelligent System la que se encargo de pasar a Mario por el papel y la tijera (la misma desarrolladora de las sagas Metroid y Fire Emblem).

Todo esto significa, en parte, que Nintendo siempre quitó de su propia producción a los juegos de Mario que no son sus clásicos de plataformas, sean en 2D o 3D. Razón por la cual muchos no consideran a estos juegos como parte del canon. 

Como sea, este particular Mario se ganó un lugar en los corazones de los fans de Nintendo: Paper Mario (Nintendo 64, 2000) y Paper Mario: The Thousand-Year Door (Gamecube, 2004) fueron dos excelentes juegos según el consenso de los fans y la crítica generalizada.

Pero luego le siguieron tres tragedias: Super Paper Mario (Wii, 2007), Paper Mario: Sticker Star (Nintendo 3DS, 2012) y Paper Mario: Color Splash (Wii U, 2016) fueron tres entregas que, por diversas razones (que se pueden resumir en que se alejan de los elementos RPG para hacerlos más “accesibles” a un público masivo) fueron duramente criticados.

Cuatro años después de la catástrofe aparece Origami King, sexto juego de la saga Paper Mario y séptimo RPG de la lista que comenzó con Super Mario RPG de Snes. 

¿Es Origami King parte de los buenos o los malos Paper Mario?

El King Olly quiere “doblarnos” a todos

Mario y Luigi comienzan la aventura

Mario y Luigi comienzan la aventura

En este juego Bowser parece estar de nuestro lado, “a pesar de las diferencias”, como él mismo le dice a Mario en el juego. El mundo de Origami King se ve intervenido por un antagonista muy particular, el rey Olly, que tiene un objetivo: doblarnos a todos. Toads, Bowser, la princesa Peach, koopas, goombas, shy guys… Todos los amigos y enemigos de Mario. Y, por supuesto, a Mario.

El problema es que este personaje está haciendo estragos y además envolvió en cintas al castillo donde tiene cautiva a Peach. Si bien la trama es simple -como en todos los juegos de Mario-, se va desenvolviendo con algunos “plot twists” divertidos y pequeñas piezas de humor que funcionan incluso para los más grandes. Como Bowser diciendo que la familia del antagonista y su hermana, Olivia, es “disfuncional”. 

Mario tendrá que ir recorriendo este mundo de papel junto a una nueva amiga, Olivia, que es la hermana del antagonista y no entiende por qué su hermano está propagando una dictadura de origamis (nosotros tampoco entendemos del todo cuál sería el problema con pasar a ser un origami).

El combate: poco RPG y un poco repetitivo

Origami King le suma una “capa” al combate: un sistema de puzzles. La “arena” de batalla está armada con una serie de círculos donde se posicionan los enemigos, y antes de atacar tenemos que intentar alinearlos para infligir más cantidad de daño.

La dinámica es divertida porque le agrega un componente de estrategia anclado en la mecánica del puzzle. Con un número limitado de movimientos, tenemos que pensar antes de mover como si se tratara de un tablero o un juego de mesa. Con un reloj que nos come los talones.

Las “boss battles”, esto es, los jefes finales de cada sección, manejan un sistema distinto con flechas y “power-ups” que hay que ir usando para poder entender de qué manera hay que atacar al enemigo. Hay una serie de pistas para evitar que nos quedemos trabados sin saber qué hacer. 

Uno de los primeros bosses

Uno de los primeros bosses

Ahora bien, no son todas rosas. El problema que tiene el sistema de batalla es que puede hacerse un poco repetitivo. Para ser un sistema de turnos típico del RPG, le falta más elementos para complejizarlo un poco y tener más opciones de ataque y defensa.

Además, si no somos muy fanáticos del sistema, podemos cansarnos muy rápido.

Pero hay algo peor: el gran problema de las batallas es que al no sumar experiencia, son muy poco gratificantes. Al fin y al cabo, un videojuego es un sistema organizado de recompensas. Acá hay muy pocos estímulos para ir a buscar una batalla. Y eso se torna repetitivo y en última instancia, un poco agotador. 

Y eso es muy problemático para los “hardcore fans”: no hay elementos RPG centrales como el “leveleo” del personaje (mejorarlo a medida que se progresa en el juego), no hay muchas opciones de ataque y la estrategia se termina reduciendo a conocer al enemigo y pegarle donde más le duele, una y otra vez. 

En otras palabras: la progresión del personaje que manejamos, Mario, no está bien lograda. No se nota. 

Como elemento extra, podemos arrojarles monedas a los Toads (honguitos) que están en las gradas para que nos ayuden y además nos alientan (algunos con comentarios muy graciosos). Y además, hacen algo que ayuda muchísimo: nos acomodan a los enemigos de una mejor manera para que el puzzle sea más fácil.

Por 999 monedas, eso sí. Toads codiciosos.

El humor, clave de Origami King

Personajes históricos

Personajes históricos

Si por algo se destaca Origami King, como todo Paper Mario, es por su aspecto gráfico: es muy atractivo a la vista. Sobre todo porque a medida que jugamos es inevitable preguntarse “qué pasa sí”. Qué pasa si le pego con el martillo a un Toad. Qué pasa si le pego a un árbol. Qué pasa si salto sobre un goomba. Y demás mecánicas que se van revelando con el paso del juego.

Bajo la dinámica de una suerte de (pequeño) mundo abierto podemos ir recorriendo templos antiguos, desiertos, oceános y hasta un parque de diversiones donde van los goombas a relajarse. 

Paper Mario: The Origami King tiene un diseño creativo lleno de personalidad y personajes memorables. El mundo de papel le da una dimensión muy viva a Mario que se desenvuelve en un mundo hecho con muchísimo cuidado.

Y repleto de líneas que nos harán soltar más de una carcajada.

Un exelente juego que podría mejorar las batallas

El humor, a la hora del día

El humor, a la hora del día

La saga de juegos de Mario de RPG comenzó en 1995, con Super Mario RPG: Legend of The Seven Stars (Super Nintendo). En aquel entonces el juego estuvo desarrollado por otra empresa, Squaresoft (hoy Square Enix). Y cuando nació Paper Mario, con la idea de continuar el espíritu de Super Mario RPG, fue Intelligent System la que se encargo de pasar a Mario por el papel y la tijera (la misma desarrolladora de las sagas Metroid y Fire Emblem).

Todo esto significa, en parte, que Nintendo siempre quitó de su propia producción a los juegos de Mario que no son sus clásicos de plataformas, sean en 2D o 3D. Razón por la cual muchos no consideran a estos juegos como parte del canon. 

El juego está lleno de momentos divertidos y con giros inteligentes que van a divertir no sólo a los chicos sino al público de más edad. 

Y esto es un detalle no menor: Origami King es un juego ideal para introducir a un chico en el género RPG, donde la experiencia de juego se vuelve un poco más compleja que en un clásico Mario de plataformas. Hay que interactuar con personajes, hablar, conectar mundos. Y los puzzles le ponen un componente extra para usar la inteligencia.

De alguna manera, una vez más Nintendo demuestra lo que es en esta industria: el Pixar de los videojuegos. Funciona para todos y, si bien podría mejorar sus fallas, Paper Mario: The Origami King le devuelve a la saga la frescura que muchos estaban esperando. 

About author

Juan Brodersen

De buenas historias vivimos, y nunca habrá como la de Nintendo. [Periodista. Editor en Clarín, redactor en Revista Brando y The Bubble] [Graduado de Filosofía (UBA - FFyL). Mag. Historia (UTDT)]