The Touryst: unas vacaciones para relajar, pensar y disfrutar de la playa

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¿Qué dirías si te proponen irte de vacaciones a una serie de islas en las cuáles vas a tener que ayudar gente, resolver puzzles, tomar fotos y, llegado el caso, te vas a poder tirar en la arena a tomar sol?

Eso es The Touryst: uno de los lanzamientos indie que pasó desapercibido este 2019, pero que es toda una clase maestra de dos cuestiones básicas de los videojuegos: diseño, por un lado, y optimización por el otro. Repleto de minijuegos y puzzles que incluyen arcades clásicos (como el Arkanoid), el juego propone unas “vacaciones” entre paisajes relajantes, con simpáticos personajes para interactuar y pequeños desafíos por resolver. Una experiencia ideal para llevarse de viaje en Nintendo Switch.

Shin’en Games, un estudio independiente de Munich, armó una rutina de vacaciones que poco tienen de relajante por momentos, pero con el objetivo de incentivar la exploración y recompensarla. Con una historia simple y no del todo clara, interpretamos a un turista medio perdido que va de isla en isla fisgoneando cada rincón visitado.

Como plus, el juego corre a 60 cuadros por segundo (FPS) casi sin tiempos de carga. Una experiencia no lineal, donde podemos ir “para cualquier lado”, sólo limitados por algunas tareas que sí hay que hacer en orden. Aunque las islas son realmente pequeñas.

Como unas buenas vacaciones, el estudio alemán nos invita a perdernos entre los alrededores, con un estilo Minecraft donde los detalles están cuidadosamente trabajados.

La simplicidad del juego lo hace perfecto: somos un turista con bigote que recorre islas juntando dinero, objetos y desbloqueando puzzles que nos abren a distintas mejoras como vestirnos de otra manera para completar objetivos de una lista de cosas para hacer.

Un guiño a Argentina: una tarea nos desafía a meter goles con una pelota, y para lograrlo debemos estar vestidos de futbolistas. ¿Cómo es esto? Con la camiseta de la Selección argentina:

The Toutyst

The Toutyst

Hay 6 islas entre las cuales iremos moviéndonos constantemente para resolver puzzles y tareas

El uso de las luces y los colores está realmente muy bien logrado: todo está en su lugar.

Al recorrer las islas vamos a encontrar de todo: residentes, dj’s, instructores de buzo, turistas y todos van a necesitar en algún momento una mano, o bien nos van a desafiar a realizar diversas tareas. Como jugar en una vieja tienda de arcades.

The Toutyst

The Toutyst

The Toutyst

The Toutyst

Son en total seis islas que recrean destinos turísticos muy conocidos como Ibiza o Santorini. Todo filtrado con un estilo de gráficos conocido como “voxel”, o pixel art (similar a Minecfraft, pixelado).

Algunos puzzles son desafiantes, aunque pensando un poco todo se resuelve sin problemas.

Se puede surfear, bucear, bailar, jugar al fútbol, jugar arcades (advertencia: son muy difíciles), visitar galerías de arte. En fin, todas actividades corrientes para un turista que pueda costearse unas vacaciones a todo vapor.

La exploración está bien pensada porque es entretenida y no hay demasiada información o guías para avanzar: se progresa a fuerza de explorar y pensar. Y eso es gratificante.

The Toutyst

The Toutyst: una representación de Santorini, en Grecia

Los puzzles se encuentran en unos “monumentos” que son los principales desafíos del juego. Suelen ser entretenidos y muchos de ellos son desafiantes, como este en el que había que pisar una serie de elementos para desbloquear el final del puzzle, donde el manejo de la cámara termina siendo clave. Nos llevó un buen rato poder pasarlo.

Algunas partes del juego son particularmente molestas, como la recolección de diamantes en unas minas, que se torna en un proceso extremadamente largo. ¿Y para qué? Para nada: todo ese dinero no se puede cambiar por nada especial ya que no hay bienes tan caros para ser comprados.

Y esto está muy mal balanceado, porque en los primeros tramos del juego sí necesitamos cash y no tenemos muchas fuentes para generarlo.

The Touryst

The Touryst: relajando en la playa

The Touryst es un juego breve (no lleva más de 5-7 horas), compacto y bien pensado para una experiencia.

En cuanto a la relación precio-horas de juego, claramente no vale los 19 dólares que cuesta en la tienda de Switch.

Pero es un juego que si se encuentra en un sale, sin dudas amerita una oportunidad.

About author

Juan Brodersen

De buenas historias vivimos, y nunca habrá como la de Nintendo. [Periodista. Editor en Clarín, redactor en Revista Brando y The Bubble] [Graduado de Filosofía (UBA - FFyL). Mag. Historia (UTDT)]