Luigi’s Mansion 3: uno de los juegos más inteligentes de Nintendo nos demuestra que no necesitamos (tanto) a Mario

0

Luigi’s Mansion es una franquicia inesperada. Cuando Nintendo hizo debutar al hermano temeroso y flacucho de Mario en una mansión embrujada, allá por septiembre de 2001 en Gamecube, nunca imaginó que casi 20 años después estaría lanzando una tercera parte. Pero si Luigi tiene tanto trabajo otra vez, esto es porque el juego sigue siendo una pequeña perla, quizás la menos esperada, que es un verdadero manual de diseño de niveles de la escuela de la compañía nipona.

Simpático, asustado y con la Poltergust G-00 en mano: Luigi tiene que limpiar un enorme hotel de espectros al mejor estilo cazafantasmas en la tercera entrega de la franquicia. Lanzado en Switch para Halloween, el juego es una gran entrega que premia la inteligencia del jugador para resolver puzzles.

¿Y qué hace Luigi, a todo esto, en un hotel embrujado? Resulta que Mario y sus amigos se ganaron unas vacaciones. Al llegar a la residencia, el staff del hotel se ve un poco raro: “un poco”, no, la realidad es que es obvio que son fantasmas con máscaras. Y ahí arranca todo.

Luigi’s Mansion 3 aprovecha al máximo la capacidad de Switch, con ambientes que mantienen una estética tenebrosa al estilo Tim Burton, con toques de simpatía y humor en cada uno de sus personajes.

Y una obra maestra de la física de los objetos: la interacción con todo lo que podemos aspirar, arrojar, romper o “sopapear” (sí, tenemos una sopapa) está muy bien lograda.

La tercera entrega de la saga completa así a las dos primeras: Luigi’s Mansion, originalmente lanzado en Gamecube en 2001, y Dark Moon, la secuela en 3DS de 2013, con buenas ideas como Gooigi: un Luigi de goma que pasa por lugares por los que el de carne y hueso, no. Y que en España se llama “Gomiluigi”.

Acá, lo mejor, lo que podría mejorar y el veredicto final.

Historia y contenido: Mario de vacaciones, qué puede salir mal

Qué mejor que ir a relajarse luego de andar pisando tortugas y limpiando cañerías: Mario y sus amigos deciden pasar unas vacaciones en un hotel en las afueras del Reino Champiñón, alquilan un micro y ponen (¿por qué?) a uno de los honguitos a manejar.

Invitados por una mujer llamada Hellen Gravely, Luigi llega con “Polterpup” en su valija: una mascota que aparece en juegos anteriores, y que es algo así como un perro espectral. En este juego, es una pieza clave para el tutorial, donde aprendemos los comandos básicos del juego. Y que nos acompañará el resto de la aventura.

Sucede, como se ve, que al llegar la noche, lo que era evidente se hace real: el hotel está tomado por fantasmas comandados por el antagonista del juego, King Boo, quien encerró a sus amigos en cuadros.

Junto al profesor E. Gadd, quien nos da la “Poltergust G-00”, una aspiradora que barre con todo tipo de espectro, aprendemos nuevas mecánicas de juego para tratar de recuperar a Mario, Peach y los toads.

Jugabilidad y controles

Luigi’s Mansion 3 explota al máximo la escuela de diseño de Nintendo. Como el objetivo del juego es “limpiar” al hotel de fantasmas, la aspiradora de nuestro protagonista tiene una serie de mecánicas bajo la manga que hay que usar de manera más o menos inteligente.

La dinámica del juego consiste en ir consiguiendo los botones del ascensor. Por alguna razón, no están y lo tienen distintos jefes que tenemos que enfrentar. Al ir recolectando los botones, podemos recorrer todo el hotel y conocer los distintos pisos: recepción, garaje, lavandería, restaurante, habitaciones, spa y algunas sorpresas que no vamos a spoilear.

Luigi's Mansion 3

Luigi’s Mansion 3

En el juego hay que “chupar” fantasmas, pero también resolver puzzles. Sucede que a veces las soluciones para avanzar son claras, pero otras no tanto. Una vez que tenemos todas las mecánicas de la Poltergust, sólo es cuestión de ser creativo: casi todos los objetos que nos rodean permiten interacción. E intentar cosas distintas suele tener recompensa.

Gooigi le agrega al juego un plus que antes no tenía, y que suma mucho: ayuda a resolver puzzles al pasar por rejas, pequeños agujeros o filosas trampas. Es que al ser de goma (¿recuerdan a Flubber? Bueno, es eso) tiene mucha flexibilidad, pero una gran limitación: no puede pasar por el agua. Se deshace todo cual gelatina de manzana y vuelve a la Poltergust.

Hay algo que mantiene siempre fresco al juego: en cuanto dominamos una técnica, casi inmediatamente tenemos que introducirnos a otra. Eso es lo que hace que no aburra y nos haga preguntarnos qué viene luego. Y que siempre tengamos ganas de usar esa aspiradora con absolutamente todo lo que nos rodea.

Sin embargo, hay algo para criticar, que es muy incómodo: el stick derecho sirve para rotar los ejes de Luigi, y la verdad es que es por momentos muy incómodos para usar junto a los botones.

No parecería que una actualización pueda solucionar esto, que parece más bien una incomodidad de diseño del esquema de controles.

Luigi's Mansion 3

Luigi’s Mansion 3

Gráficos y sonido

La saga de Luigi’s Mansion siempre se vio bien: en Gamecube3DS y ahora en Switch. Es, casi sin lugar a dudas, uno de los juegos que mejor se ve a nivel gráfico. La atmósfera spooky está bien lograda en, como decíamos, un estilo burtonesco de terror. Si cazar fantasmas se siente tan bien, esto es también por el apartado gráfico, que tiene mucho para aportar.

Pero hay un aspecto fundamental de la parte gráfica, y es que está en función de gameplay. Luigi’s Mansion aprovecha la “escenografía”: el reflejo de los espejos, por ejemplo, está muy bien logrado y habilita a meterse en huecos o pasadizos, por ejemplo.

Para no spoilear, sólo diremos que el hotel tiene muchas secciones distintas y los escenarios son de lo más variados. Y cada uno de ellos está cuidadosamente trabajado para interactuar.

La banda sonora acompaña la atmósfera “tenebrosa”, con toques de humor y los efectos de sonido como los que produce Gooigi y su viscosa consistencia. Todo deja un rastro sonoro: los pasos, los fantasmas, los elementos con los que interactuamos. Y tienen un correlato sonoro perfecto.

Veredicto

Luigi’s Mansion es un gran juego, de una saga que no es la que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en Nintendo. Sin embargo, si de jugabilidad y diseño hablamos, es una pieza cuidadosamente trabajada.

Y el resultado de eso es diversión asegurada, pensamiento lateral para resolver puzzles y un personaje con el cual es imposible no encariñarse: los miedos de Luigi lo hacen tan simpático y querible que nos olvidamos de que tiene un rol secundario en la saga de Mario.

Nintendo probó así que, con una franquicia que ya tiene 20 años, puede seguir innovando. También probó que no necesita de Mario para mantener su negocio: en Japón y España, fue el juego más vendido de la compañía esta semana.

Y también probó, una vez más, que la compañía japonesa es un pozo sin fondo de buenas ideas.

About author

Juan Brodersen

De buenas historias vivimos, y nunca habrá como la de Nintendo. [Periodista. Editor en Clarín, redactor en Revista Brando y The Bubble] [Graduado de Filosofía (UBA - FFyL). Mag. Historia (UTDT)]