“Pokémon Let’s Go”: remake bien lograda del juego de Game Boy con algunas cosas que ajustar

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Pokémon Let’s Go es la remake de un clásico. El juego, que originalmente salió en su versión “amarilla” en Game Boy hace 20 años, es la aventura de un joven que quiere ser entrenador de estas criaturas, cuya celebridad siempre será Pikachu. La nueva entrega saca provecho de las bondades de Nintendo Switch, aunque tiene algunos problemas de jugabilidad y por momentos se siente como un juego más de teléfonos celulares que de una consola.

Es cierto que la fórmula no falla precisamente porque es la misma de siempre: “atraparlos a todos”, con batallas actualizadas a mecánicas y gráficos de 2018. Y los pokémon de la primera generación.

Aunque quizás por esto una de las principales críticas es que el juego no innova en cuanto a su historia: es todo lo que ya conocemos desde 1996, cuando salieron las versiones roja azul de Pokémon para la exitosa consola portátil de Nintendo. Con apenas algunos twists.

Pokémon Rojo y Azul. (Nintendo)

Pokémon Rojo y Azul. (Nintendo)

 

Y con algunos pasos atrás en la dificultad: para atrapar un bichito ya no es necesario combatirlo y debilitarlo, sino simplemente arrojar la pokébola. Lo que funciona en la versión móvil de Pokémon Go -juego con el que está integrado- por la volatilidad de la experiencia en celulares, acá le quita todo tipo de desafío y lo torna un trámite.

Como suele hacer la franquicia, podemos optar por dos entregasPokémon Let’s Go Pikachu! Pokémon Let’s Go Eevee! Lo que varía es el pokémon con el que se comienza el juego y las características que tienen: Pikachu surfea por el mar y Eevee usa un globo aerostático. Además y como siempre, algunos pokémon están disponibles sólo en una de las dos versiones.

Acá, lo mejor, lo que tendría que mejorar y el veredicto final.

El encuentro con un viejo conocido: el profesor Oak. (Captura del juego)

El encuentro con un viejo conocido: el profesor Oak

Historia y contenido: nostalgia sin mucha vuelta de tuerca

El director del juego, Junichi Masuda, había explicado en la E3 de este año que, en rigor, esta nueva entrega es una remake de Pokémon Amarillo (1998, Game Boy), porque aquella versión incorporaba elementos del conocido dibujo animado de la serie. Y porque en aquel entonces Pikachu seguía al personaje principal durante todo el juego.

De hecho, hay un detalle: un póster que es un tributo a la vieja introducción de los juegos rojo y azul, para Game Boy.

Pokémon Let's Go Pikachu: una imagen nostálgica en el cuarto del protagonista

Pokémon Let’s Go Pikachu: una imagen nostálgica en el cuarto del protagonista

Pokémon Red: la intro del original de Game Boy

Pokémon Red: la intro del original de Game Boy

La aventura comienza en Pueblo Paleta (Pallet Town), en la región ficticia de Kanto, al igual que lo hacía el juego de 1996.

En este caso se puede elegir el sexo y el nombre del personaje, además del estilo. Una vez hecho esto, se nos presenta un compañero y comienza la aventura bajo una idea conocida: el profesor Oak nos da una serie de instrucciones y salimos al mundo a cazar pokemon y desafiar entrenadores.

Kanto, la región donde se desarrolla Pokémon Let's Go

Kanto, la región donde se desarrolla Pokémon Let’s Go

Jugabilidad: la Switch, muy bien aprovechada

Pokémon es -siempre fue- un juego RPG de batallas por turnos. La llegada a Switch se trata de la primera a una consola hogareña en este género (hubo entregas como Pokémon Stadium y Pokémon Snap en Nintendo 64, pero no eran juegos de rol). Las distintas versiones del Game Boy venían dominando el mercado.

En Switch la versatilidad de los joy-con ​permiten distintas formas de capturar pokémon.

Pero sin dudas la innovación más grande es un control con forma de pokébola, que hace a la experiencia del juego más interesante.

Pokébola: se vende por separado

Pokébola: se vende por separado

Funciona como un control individual que tiene sonidos y emula lo que sería tener un pokémon dentro.

Gráficos y música: retro y mejorable

Tanto la música como los gráficos son un ataque retro y funcionan bien. Es el mundo de Kanto que teníamos en el Game Boy, pero no se ve ni parecido: es su versión actualizada en gráficos.

Sin embargo, a la parte gráfica parece faltarle un poco más: por momentos parece más un juego de móviles que de una consola. No porque el entorno no esté bien trabajado, sino porque todo se ve un poco apagado.

Los pokémon están a la vista para ser capturados

Los pokémon están a la vista para ser capturados

Cambiando del modo portátil al de consola en la TV se ve bastante mejor, pero las texturas, los colores y el mundo que habita nuestro personaje podrían ser un poco mejor. Basta pensar en juegos como Breath of the Wild Super Mario Odyssey.

De hecho, la animación del personaje pasa de caminar a correr sin ningún tipo de transición.

La música y los sonidos son todo lo clásico que ya conocemos, pero mejorado.

Los Pokémon: lo más importante del juego

El juego tiene un plus respecto de aquellos lejanos originales azul, rojo y amarillo: como el Game Boy tenía recursos y gráficos limitados, la interacción con los pokémon era casi nula. Sólo los veíamos batallar y en alguna que otra escena.

Ahora las mejoras hacen que la experiencia de atrapar pokémon sea más viva que nunca.

Batalla: Bellsprout vs Onix

Batalla: Bellsprout vs Onix

Aquí no sólo están al alcance de la mano, sino que nos los cruzamos en la vida silvestre. A diferencia de las versiones de Game Boy, acá vemos a los pokémon con los que nos podemos cruzar.

Y, además, ¡hay 18 que pueden ser usados para movernos por el mundo!

Las batallas se ven realmente espectaculares. Son similares a las de Pokémon Stadium (Nintendo 64, 1998).

La mecánica del juego consiste en moverse a través de rutas y ciudades, para ir descubriendo distintos pokémon y enfrentar a entrenadores y líderes de gimnasios. Lo mismo que en la versión original.

Pokemon Let's Go retoma mucho del animé.

Pokemon Let’s Go retoma mucho del animé.

Pero uno de los problemas que tiene el juego es que pareciera que le faltase un pulido: para adquirir más experiencia, se nos hizo forzoso ir a buscar batallas para subir de nivel. No está manejado de manera orgánica, y el mundo que habitamos se ve un poco vacío.

No encontramos cosas demasiado interesantes para hacer más que ir de una ciudad a otra para ir por el objetivo de entrenar a nuestros pokémon.

Por ejemplo, nos topamos con un museo Pokémon. La idea era muy atractiva, pero apenas tenía dos pisos y muy poco contenido para disfrutar.

Un museo Pokémon en medio del juego

Un museo Pokémon en medio del juego

Las batallas son entretenidas, aunque poco desafiantes.

Veredicto: pokémon para todos

Es innegable que Nintendo sabe a qué apelar para que las cosas funcionen: quienes ya jugaron el juego hace 20 años sentirán la nostalgia correr por los joy-con. Los más chicos, que sólo hayan tenido la experiencia de Pokémon Go, tendrán una aventura más inmersiva con una historia que, aunque pobre, no deja de ser una marca registrada de Nintendo.


El cuarto del protagonista y el inicio del juego. (Captura del juego)

Pokémon Let’s Go! cumple y trae innovación sin dudas las distintas formas de jugar que Switch permite son una novedad súper interesante. Se puede jugar sólo, de a dos, con un sólo joy-con​, con la pokébola o, claro, en una TV grande como una consola hogareña.

Pero debería mejorar los niveles de dificultad para los más veteranos.

La integración con Pokémon Go, el juego de celulares, es una estrategia interesante: la app móvil tiene cerca de 380 millones de usuarios. Un activo que Nintendo no quiso desaprovechar: los pokémon pueden ser transferidos desde la app al juego.

 

Sin dudas la saga le debe mucho, así, al juego clásico de Game Boy y a la tecnología que Pokémon Go trajo con la revolución de los juegos móviles.

Pero quizás uno de los aspectos más flojos que deberían mejorarse tiene que ver con la poca exploración que plantea el juego para ser un RPG.

Pokémon Let’s Go termina siendo, de todos modos, una entrega que vale la pena. Un shock de nostalgia para muchos. Un mundo nuevo para conocer, para otros.

Quizás una actualización le haga un poco más de justicia al espíritu de los juegos que en 1996 y 1998 volvieron loco al mundo gamer a través del Game Boy.

La reseña fue hecha en la versión ​Let’s Go Eevee.

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About author

Juan Brodersen

De buenas historias vivimos, y nunca habrá como la de Nintendo. [Periodista. Editor en Clarín, redactor en Revista Brando y The Bubble] [Graduado de Filosofía (UBA - FFyL). Mag. Historia (UTDT)]